Me gusta opinar y eso es bacán. Me gusta reirme de la locura y la estupidez de este planeta y eso es más bacán. Me gusta la tecnología y eso también es recontra bacán. Pero hay algo que me mata: la música. Y si además con música olvidada podemos desbloquear recuerdos juntos, eso es lo más bacán de la vida. De vuelta otra vez. Porque patraña maldita nunca muere.